sábado, 27 de febrero de 2010

Sentimientos de Estrella

2 de la mañana y por primera vez en mi vida me doy cuenta de que he echado de menos ver las estrellas.
Es curiosa la sensación de ver que hay millones de cosas mucho mayores que tú, pero que las ves muy pequeñas.

Al moverme por la gran urbe he dejado de verlas y realmente las he echado de menos.

Llevaba tiempo sin verlas. Sin la sensación de ser muy pequeño. Sin la sensación de ser muy grande. Mañana a estas mismas horas volveré al mundo real, sin estrellas.
Mañana volveré a echarlas de menos.
El mundo está lleno de problemas. Hambre. Sida. Desastres naturales. Guerras. Muerte. Dictaduras. Más muerte. Menos vida.

Y lo que esta semana me ha hecho reflexionar ha sido ver dos estrellas en una noche nublada.

El mundo de los sentimientos se muere lentamente.
El mundo de un Anarquista está condenado a vivir eternamente.

Hasta la próxima.

Joven Anarquista en otra noche de insomnio.


lunes, 22 de febrero de 2010

El Principio del Fin

Todos somos iguales.

Nada nos diferencia unos de otros. Hábitos, costumbres, modos y maneras de hacer y actuar. Pequeños detalles, insignificantes, imperceptibles al ojo humano.

Todos iguales.

Nacemos de la misma forma, desnudos, sucios, llorando.

Vivimos de la misma manera, atados a unos estudios, a un trabajo, a nuestra pareja. Y al final morimos. El ciclo de la vida, el milagro de la muerte.

Y que difícil es afrontar el final de algo.

La muerte es una de las pocas cosas de las que podemos estar seguros. Asegurar la muerte. No nos equivocamos.

El resto de aciertos, suerte. Milagros.

Y es que hemos dejado de ser personas, de sentir, de pensar, de actuar como tales. Actuamos como animales de costumbres.

Estudia. Encuentra un buen trabajo. Encuentra una buena chica. Forma una familia. No protestes. Cállate. Cobra tu sueldo. Cállate. Sigue sin protestar. Y muere.

No nos dan la opción alternativa a esta vida. La vida del consumidor. La vida de un autómata.

Vive, crece, reprodúcete y muere. No. Hemos dejado de pensar y de sentir. Solo se nos permite consumir, vivir para el consumo.

El mundo consumista está condenado a morir.

El Anarquista esta condenado a vivir eternamente.

Hasta la próxima.

Joven Anarquista en una noche de insomnio