lunes, 22 de febrero de 2010

El Principio del Fin

Todos somos iguales.

Nada nos diferencia unos de otros. Hábitos, costumbres, modos y maneras de hacer y actuar. Pequeños detalles, insignificantes, imperceptibles al ojo humano.

Todos iguales.

Nacemos de la misma forma, desnudos, sucios, llorando.

Vivimos de la misma manera, atados a unos estudios, a un trabajo, a nuestra pareja. Y al final morimos. El ciclo de la vida, el milagro de la muerte.

Y que difícil es afrontar el final de algo.

La muerte es una de las pocas cosas de las que podemos estar seguros. Asegurar la muerte. No nos equivocamos.

El resto de aciertos, suerte. Milagros.

Y es que hemos dejado de ser personas, de sentir, de pensar, de actuar como tales. Actuamos como animales de costumbres.

Estudia. Encuentra un buen trabajo. Encuentra una buena chica. Forma una familia. No protestes. Cállate. Cobra tu sueldo. Cállate. Sigue sin protestar. Y muere.

No nos dan la opción alternativa a esta vida. La vida del consumidor. La vida de un autómata.

Vive, crece, reprodúcete y muere. No. Hemos dejado de pensar y de sentir. Solo se nos permite consumir, vivir para el consumo.

El mundo consumista está condenado a morir.

El Anarquista esta condenado a vivir eternamente.

Hasta la próxima.

Joven Anarquista en una noche de insomnio


No hay comentarios:

Publicar un comentario